La tarde se abrió bajo un cielo caprichoso, de esas lluvias que amenazan y apenas se atreven a caer. Era una auténtica tarde otoñal, con el aire limpio, el rumor de las hojas y esa nostalgia luminosa que envuelve a Granada cuando el otoño la visita. La lluvia, tan esquiva en nuestra tierra, parecía bendecir discretamente la cita.
Pero ni el tiempo ni las nubes fueron obstáculo para el entusiasmo del alumnado sénior de la Universidad de Granada, que, con su energía y curiosidad intactas, volvió a llenar las aulas con su presencia alegre, con su hambre de aprender y compartir.
Como cada martes, después de clase, ALUMA celebró su Tertulia Poético-Literaria, que con tanto acierto dirige Luis de la Rosa, ese espacio donde la palabra florece y la emoción se hace voz. Sin embargo, la de hoy fue una tarde distinta, revestida de un brillo especial. En el comienzo del acto, Rafael Hernández Quero, en nombre de la Unión Hispano Mundial de Escritores (UHE), entregó a ALUMA el Premio Mundial Águila de Oro 2025, en la modalidad Educativa.
Recogió el galardón José Rodríguez Sánchez, presidente de la asociación, quien, con palabras sinceras y sentidas, agradeció el reconocimiento, un homenaje al compromiso con la cultura y la palabra compartida.
A continuación, el señor Hernández Quero ofreció un hermoso gesto de memoria: la entrega de un libro que recoge la obra de su tío, el pintor José Hernández Quero, a Rafael Reche Silva, secretario de ALUMA, uniendo así la poesía del color con la del verso.
Y entonces, como si la emoción necesitara otra forma de decirse, comenzó la actuación de “Las Poetisas del Genil”, jóvenes integrantes de la Asociación de Troveros “El Lojeño”. Ellas, guardianas de un arte antiguo como la brisa entre los olivares, trajeron al presente el trovo, ese duende de la improvisación que brota del alma y danza en el aire antes de hacerse silencio.
Desde las orillas del río Genil, Mireya, Marina, Laura y Marta, acompañadas de José Ángel El Chispe, encendieron el fuego de la palabra improvisada. En sus voces vibró el pulso de Andalucía, el eco de los cantares que unieron pueblos y generaciones. Con gracia y temple, trenzaron quintillas como si fueran hilos de oro, tejiendo instantes irrepetibles donde la emoción se hizo música.
Así transcurrió la tarde: entre aplausos, versos y sonrisas. Una tarde en la que la poesía se mostró en todas sus formas —escrita, hablada, improvisada, soñada— y donde cada palabra encontró su lugar en el corazón de quienes la escucharon.
Porque la poesía, como la lluvia de este octubre, no siempre llega cuando se la espera… pero cuando cae, lo hace para quedarse.
ALUMA – Asociación de Alumnos Mayores de la Universidad de Granada
Con gratitud y emoción, agradece la participación de todos quienes hicieron posible esta velada.
En cada encuentro, en cada verso, seguimos reafirmando nuestra convicción:
que aprender, crear y compartir no tienen edad,
y que la poesía —en todas sus formas— siempre encuentra su camino.
